martes, 7 de febrero de 2017

Lo siento si no estuviste: FAVX, Vulk, Black Maracas y Verano en Wurlitzer


"Una block party es una fiesta pública y multitudinaria que en ocasiones ocasiona el cierre de todo un bloque al tráfico de vehículos". Es la segunda vez que FAVX, que además de tocar, hicieron de promotores, utliza este formato para presentar nuevo single, esta vez "Flowers of the West/Dagerfeel". Para conseguir un aforo completo de casi 200 personas en la Wurlitzer Ballroom de Madrid, (que no sold out, porque fue gratis), invitaron a tres bandas el pasado 3 de febrero que, aunque tuvieran poco o nada que ver entre ellas, fueron elegidas cuidadosamente para crear el caldo de cultivo perfecto para una noche extremadamente divertida. 


Verano fueron los primeros. Se autodefinen como “math popy el adjetivo intensito lo llevan en la frente. Este trío es de los que se recrean en la angustia y la ansiedad de que te deje tu pareja, pero no por ello dejan de sonar alegres. Son los reyes del contratiempo y mezclan el emo con pop y rock a partes iguales. Les molan los videojuegos y el manga y eso se puede ver en sus instrumentos, que están forrados al estilo carpeta de instituto, y en el videoclip de su nuevo single, Sushi en Tribunal, que es algo así como una version cuqui de Scott Pilgrim vs The World. “Los majos de la fiesta” estuvieron a la altura de lo que venia detrás. 


En segundo puesto subían al escenario de la Wurli los Black Maracas, el experimento científico de juntar a Omar, Fran y Luis de Los Nastys con Dilly Boy de Monteavaro. El sonido cavernícola de los Maracas es como un tripi en mal estado, una oleada de stoner y fuzz que te deja idiota. Con menos garaje que Los Nastys y nada que ver con Monteavaro, los Black Maracas son como Benicio del Toro a punto de electrocutarse en la bañera con una radio en Miedo y Asco en Las Vegas. Largos interludios de ritmos pesados y vocales desgañitadas propias del homo neanderthalensis. No han sacado nada nuevo desde su maqueta de tres temas “DEMO” que ya reseñamos hace un par de años, y eso les hace más intrigantes. ¿Que qué tienen en la cabeza? De todo menos algo de este tiempo y este mundo.


Tras la intoxicación psicotrópica llegaba Vulk, un grupo de post punk delicatessen que no se andan con tonterías. No esperes que por el hecho de ser punkis hagan el capullo y se la sude su sonido. Mezclan la energía del punk y la oscuridad y acoples del noise con adornos poperos que hacen de este grupo una joya bien pulida. Son una perfecta coreografía musical, tanto en la técnica como en la práctica, hasta el punto de pisarse los pedales de efectos entre ellos en el momento justo o tocar de espaldas en formación simultánea de forma casi espontánea. Puede que la comparación con Joy Division sea tentadora, pero en el evento nos advertían de que en directo se parecen más a Sleaford Mods o Slaves, y no hay lugar a réplica. Andoni, el vocalista, con una puesta en escena imponente y agresiva, sin dejar de ser elegante, es pura actitud. El pop es su guerra y saben lucharla.


Alguien que no estaba en el cartel pero que merece sin duda un apartado propio en la crónica es el público. No es normal que después de tres conciertos siguieran ahí, como si nada, y estuvieran dispuestos a reventar el suelo por todo lo alto con el final de los finales. Shout out para todos aquellos estuvieron dejandose los codos en la Wurli.


FAVX se subían al escenario sin perder un minuto para ponerle fin a la block party, en la que todavía había peña haciendo cola para entrar si alguien salía por motivos de aforo. Aprovechando el rebufo de la energía derrochada por los otros tres grupos, dieron el que, probablemente, haya sido su mejor bolo hasta la fecha. Desde el minuto cero hicieron vibrar a una sala enloquecida, incansable y con ganas de más. Iban por el primer tema del setlist, "Dancer" y Dani, cantante y guitarra, ya estaba surfeando la sala. Porque pueden. Se supone que todo esto era una presentación de single, pero era inevitable que “Flowers of The West”, que en Tremendo Garaje predijimos que seria un himno coreado por el público, dejara de ser el protagonista para cederle la importancia a absolutamente todo lo demás. Para ser sinceros, no fueron infallibles en su sonido ni totalmente limpios en la ejecución. Pero los fallos se vieron compensados de sobra con la brutal conexión que lograron crear con el público, al más puro estilo de Show Me The Body. Qué mas da si a Dani no le llega la voz si es porque le falta el aire de chillar, o que fallen alguna nota si es por estar horizontalmente sobre el público.  Para rematar, acabaron el concierto desmontando la batería y repartiendo los platos y cajas entre el público sin que Nico dejara de tocar.


Block Party #2, si no estuviste, lo siento mucho.

Texto y fotografias por Carlos Cascos - @cascoscarlos





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